“Hyenna es un proyecto que está llegando a su séptimo aniversario de haberse creado, una banda hermosillense que se considera todo un crossover metal, yendo y viendo por diversos géneros como el trash y coqueteando con el hardcore, pero siempre ofreciendo un sonido fuerte y contundente, para oídos de uso rudo.” Por: Victor L. Johnson / El Sol de Hermosillo
Hay un aroma de café colado, por que deje la cafetera prendida, su sudoración se pego en el ambiente, mi despertar de nueva cuenta fue nostálgico y ridículamente combativo, debo reconocer que estoy empezando a marchitarme, mi grado físico está empezando su declive, también está llegando mi final de lucidez y aspecto creativo, estoy en la fase donde uno marchita, lo señalan esos últimos cabellos en mi cráneo que dejo en la almohada, mi clásica playera negra desteñida para dormir, me recuerda que tengo que dejar los últimos reviews de bandas locales que me quedan en las yemas de los dedos, que son acosadas por algunos haters que odian que hable de música, debo decir que soy latoso tengo todavía destellos de mi cerebro, los cuales conservan el sudor denso con concreto de los tokines de la uni y el pluma blanca, que me inspiran, ahí escuche los gritos más contestatarios, obviamente romantizados por culpa de una caguama escondida en las mochilas a causa del ojo furtivo de la doble moral, entonces, te cuento, ajusta tus trusas fruit of the looms, ve en cámara lenta, lo que te voy a narrar, esta mijo, es la historia de EL Grito o como los Whitexicans ridículos le llaman, El Grito HC Hermosillo.
Comencemos pues, la carrera de ellos, es lo que siempre ha soñado cualquier banda local, álbumes, vídeos musicales, esposas bellas e inteligentes, hijos, familia, amigos, caguamas, crudas, tirar pata, viajes, reconocimiento mundial, convergido en una humildad sobresaliente, pero, ellos tienen mucha importancia histórica, no seas mamon, hablo para la escena local, con claro oscuros musicales y poco crecimiento técnicamente hablando, bueno para no perderme, me basare en sus álbumes cronológicamente para guiarles, para no perdernos en divagaciones de su servidor, la oportunidad de ver a la banda empezó haya en los 90s, una banda que tocaba reculero, sin armonías y horriblemente sucio, ellos grabaron un Split con la Vieja Loka por allá en el 99, como todo de ellos, fue autogestivo, la portada que fue hecha por cuña a mano y fue lo mejor del EP. La Grabación hecha por el Cafe, fue horrible, no por culpa de ellos, sino más bien porque eran novatos en todo, me pareció algo bien, porque era el espíritu de una banda muy punk yuppie, eso me expreso la primera vez que los vi, pero, lo que siempre se me hizo interesante, fue su gente, no me atreviera a llamarlos fans, los amaban, los procuraban, me di cuenta que eran una hermandad de clase medieros honestos y buenos, apenas los recuerdo en rostros, me parecían distantes, aunque lograron quedarse en mi mente, cosa que no se logra fácilmente, no está demás decirlo, simplemente en ese entonces eran una banda del montón, que solo querían tocar, jamás imagine la evolución que llegaron a lograr, eran en ese entonces y lo son todavía unos nalgas prontas de la escena local están como padrino borracho en quinceañera, nunca faltan a una tocada, jamás pensé que se conectaran con mis ideales, pero eso cambio con su primer álbum y creo, el mejor álbum de su historia, el homónimo “GRITO” , no es un genial álbum por su sonido, que esta reculero, hecho por Pato Serna (es importante decir que eran sus inicios como compañía de grabación), sino por sus letras, llenas de furia y reclamo social, además tiene una portada magistral por Ivan, un bajo fresco del Yoyo y los gritos del “nunca se entiende a la verg” del Rojo vocalista mama luchona y el pinchi Isac en la batería, que contienen canciones como DOS CARAS o CHE, estas canciones podrían explicar fácilmente, como era aquel grupo de morros, que buscaban una rebeldía de boutique, hermosa, pero, que solo se quedaba detrás de los vidrios del mostrador de muchos tokines, con manifiestos impresos en letras o a plumón alzado, en esta nostalgia rosa, caería para mí, una de las mejores letras que yo he leído de punk en mi vida, “CERO DEMOCRACIA“, más allá de los sueños de triunfo que bañaban las carteras de huevos vacías pegadas en las paredes que muchas bandas hacían para sonar mejor, se encontró en esta exclamación poética de rebeldía, una verdadera joya, con melodías más simples que la salsa Sonora, que nos ofreció a nosotros mas allá de sus shorts dickies, un himno de justicia social, algo que nunca tendré con que pagarles, creo que todavía suenan en las tintas de los murales posters itinerantes de la cantina Pluma Blanca, no quiero abandonar este álbum sin mencionar su track Masas Ocultas, tan punkie fresa, tan yupie, tan rosa, pero tan pegajosa, se vale por qué no, los años suceden de una forma análoga a una forma mas touch digital.
La vida pasa, en 2005 después de que mi novia que mas ame en la Uni me abandono por un pizza, Evo Morales gana la candidatura, Peña Nieto es gobernador, en África del Sur está en crisis agropecuaria, muere Jhonny Carson y la banda graba lo que sería a futuro el disco que marcaría la evolución y camino al actual de su sonido, su álbum “El país del por que” donde ayudaron, puerco records, ponchado record ́s, masterizado en Nueva York por Tom, tocado por Meño, Mike, Isak y yoyo, portada Anime sin bañar de Daniel Terán, una buena grabación, pero sin fortaleza Hard Core, que confirma su canción, “DECADENCIA“, la mezcla es una horrible intención del productor, por llevarlos a algo vergonzosamente melódico, tan fotocopiado de Offspring o algo más terrible, es que con escuchar el intro de “LA FARSA” en esa grabación, no sé si era tokyn o estaba en Liverpool comprando tenis de diseñador, que bueno que esa época andaba de mochilero, sino me hubiera awitado, verlos hacer cocacola cero de su música, no me malinterpreten, que todavía tengo el sabor de aquel lipstick de esa morra que bese en el tokin de Unión 13, donde la banda en vivo no parecía a Nirvana como en su canción “NO MAS JAMAS“, las cosas crecen y la gente también, así que la banda en esa época experimentó y es válido, lo bueno es que después, porque no vale mucho la pena hablar de este álbum, lograron un regreso a una de sus raíces mostrándolo en “Unidos Fuertes” que fue un Split que compartieron con Acuchillo, en Barcelona en una casa Okupa con nombre Balcarcar, parte de su historia en sus giras por el mundo, el diseño fue por Oscar Gaxiola en México, un EP que empezó a enseñar su regreso con fuerza al hard core crossover, no había de otra, es decir, la única forma para mejorar es agregarle metal, dado que el hard core ya no daba más, sino darle play a la canción NO ME AHOGUES o DOLOR Y ODIO, es un ep que le daría el un segundo respiro a la banda, que le quito el sonido aburrido punk lineal (musicalmente hablando y no filosóficamente hablando) o caían en un looper, así creo que Mike, Isak, yoyo y Jimmy lo hicieron, pero en fin, hay que madurar, ya habíamos visto a los Addicts, Voodo, Dos Minutos, reincidentes etc.
La banda seguirá resonando con sus vans de liverpool y brillantes en la Leona Vicario, pasamos de ser aquellos jóvenes arrogantes a adultos maduros, pretendiendo sostener megacable, esperar los puntos de infonavit o si papi paga una maestría en Europa, cuando la panza crece y por fin surge el regalo de los dioses la famosa “PROMO” de las cervecerías, además teníamos el escozor de que no podíamos obtener los capítulos finales de la saga de Hades, también pasaba de moda que la naranja agria ya no sería prioridad en los camellones de nuestras calles, que además fueron sustituidas por palmas burguesas de políticos con olor a presupuesto de campaña, los políticos disfrazan con eternity de guess asqueroso, respirado en la colonia miravalle en CAJEME para ocultar su hedor a impunidad, ahí en esa transición del fanatismo del tropicalísimo apache en un SUBA, ahí mismo surgió su nuevo álbum, donde sueno la famosa grabación del Gobernador Bours diciendo “vamos a esperar a la investigación, lo que resulte.. No vamos a proteger a nadie.. Vamos a esperar a que la investigación camine” que te digo? No paso nada, el asesinato a la inocencia de Sonora en la era moderna sucedió , esa, donde la mentira es la que manda, ahí apareció el álbum, como una arenosa vagina contestaría y hermosa, de esas que enamoran por rayar paredes de catedral o tienen sobacos verdes, en ese espacio se produjo autogestivamente, el álbum “Terror y Sangre“, para darnos contexto el Mr, Conde no hacia tocadas, la caguama en el pluma valía 35 pesos, Ismael Mercado monopolizaba la rockola con sus largos brazos de zombie, el bar vikingo de Navojoa se convirtió en una anécdota, en el carnaval de Guaymas a las mujeres le salían mas penes con confeti, en ese reducto salieron canciones ejecutadas en este álbum por Meño, Cuña, Jimmy y Yoyo, que por cierto la portada fue diseñada por el Artista conocido como el “Nervio“, que el dibujo parece un hermoso logo de una barber shop o fonda con tamales orgánicos, grabado en digipro y para verse mas whitexican mezclado en Boston con Alan Dutch, aquí están quedando las últimas gotas de romanticismos con el hard core, el género es tremendamente limitado y la banda tenía que experimentar, hasta el vato del chaleco thrash tiene que madurar, así lo hizo la banda, sus panzas empezaron a crecer, arrugas navegaban en sus sienes que obligo a sus riffs hacer más “pesados” se nota en la canción “UN LUGAR“, empezaron a entender que tenían que crecer, lo bueno que fue forma orgánica, siguen siendo canciones cortas, muy buenas, con mejores melodías, pero, con horrendos solos y no noto mucho cambio en la batería, que creo que nos está quedando a deber en este álbum, no quiero despedirme de esta grabación sin hacer mención de la canción “ÁNGELES INOCENTES“, su intro y outro son joyas ya casi antropológicas de la historia de Sonora.
Te pido un favor, respira hondo, ve a orinar, toma agua, quiero que me regales un par de minutos, antes de pasar al ultimo ep., quiero contarte una de las tocadas de ellos, fue cuando asistí al Pluma Blanca inicio de siglo, quería ver una de las bandas que más me gustaban, “No Mas No – Stress” bandas que eran una sola, pero que organizaban el buen grind en tocadas horrorosas, pero con espíritu, en esa vez estaba una banda, joven, blanca como zombis, con vocalista rojo como tomate de tianguis, rodeada de público bien vestido, en el lugar se respiraba una mezcla de tabaco, mota, culo y perfumes, me sentía como el niño de Movimiento ciudadano en comerciales de Ricardo Bours, siendo el único prieto rodeado de puros blancos “bonitos”, la banda inicia, me impresionaba, por cada nota que tocaban, hacían mover a los asistentes que con sus canciones eran conectados entre sí, me sentía apenado, era una hermandad muy cerrada, compraban su mercancía, promovían a su banda, cosa que en el metal existe muy poco, el sonidero va bien, con todo y que al vocalista nunca se le entiende ni madres en vivo, pasaban los minutos, se movía un gallo por ahí, la rockola de la otra habitación cagaba el palo, los tintes de cabello eran dictatorial en las damas, algunos todavía usaban pantalones cholos para bailar el prot punk con la rola “SOLO EN ESTA VIDA“, golpeaban a un personaje escuálido con cara de Jesucristo serio, que siempre saludo con un gesto en cada uno de las veces que lo vi, estaba hombro a hombro con la escuela Skin Head y su líder, que luego los traicionó convirtiéndose en policía y escolta de Bours, era un espacio pequeño de comunicación, no había selfies, no eran los blancos que telemax y su esbirro Lily Telles promovían como vida “sana” y eso me encanta, todo estaba a punto de acabar, besos con baba mezclada de los últimos culitos de la cahuama anunciaban casi el final, las pulseras de mis muñecas tejidas por indígena y mi soledad al ir a tokines no metaleros son el testigo de que los miembros hardcoreros o hardcoreños, son muchos más unidos con el paso del tiempo, que envidia, acá desde la cima musical que es el metal, donde los miramos hacia abajo, analizo, veo que ni siquiera nos promovemos así, ni un like les damos y ellos que vemos inferiores musicalmente hablando, siempre ellos, con sus modas gringas califas, apoyan como si fuera una obligación, dan muestra de calidad humana.
Ahora déjame terminar, hablemos pues de su último E.P. que parece más una anécdota en su carrera, ya revestida con visitas a Europa, Centro América, Asia, Sudamérica y el glorioso y no menos el Sahuaro, por fin, tras una década de valer verga sin grabar, sale una producción sumamente interesante, parece ser el inicio del cerrojo de una banda que ha hecho más por la escena que por sí mismos, el ahora nada famoso “Doble Moral“.
Un cambio más sustancial con sonidos más metaleros, la misma vena punk filosófica más contemporánea, cosa que hoy es pecado, hacer crítica social ahora está mal visto, lo bueno es que en su canción “LOS QUIEREN CALLAR” con crítica política de censura, se tenía que decir y se dijo, es el mensaje, es lo que vivimos, no de espaditas y dragones, porque en Sonora tenemos zopilotes y jabalís, algo que no están épico, se me pasaba, un buen detalle es el arte de Oscar Amezaga, un trabajo de contraportada más bello que la portada, que como siempre exceptuando el segundo álbum, sus portadas no tienen nada que ver con lo que hacen, no son malos, simplemente a todo parece, menos al mensaje de la banda, por eso darle valor a la contra portada de ese vinyl es importante, es lo más cercano que eh visto, que describe mas lo que el álbum nos dara, creado por cierto, por músicos como Isak, Ken, Jimmy y Yoyo, haciendo canciones muy melódicas, como su track NUEVO COMIENZO, letras que suenan como un agradecimiento a ser libres, como lo han intentado, por cierto, un reconocimiento al guitarrista que ha traído mejores solos y bien ejecutados, algo que la banda carecía, el ep, es corto es lo más criticable, pero, su track DOBLE MORAL, muestra el futuro de la banda, que profundiza en algo aún más croosovers, con una letra poderosa, me gustaría contarte un poco más, pero ya lo he alargado, quisiera hablarte del amor por el cual hacen su música y el respeto que se han ganado de mi parte, así como de gente verdaderamente importante, pero, eso será dentro de otra oportunidad creo dentro de una década mas, donde espero haya grito y yo tenga la capacidad de hacerlo, con permiso, tengo que irme, la pesadez muscular me llega después de escribir, la familiaridad de retomar los segundo del día para hacer otras cosas me persiguen, quiero dejar de ver letras ariales que pasan en mi mente, ya me está agotando, quiero darles el micrófono a ellos, para que nos recuerden con un brinco de bajo, QUIERES LIBERTAD NO TE LA DARÁN, TE QUIERES EXPRESAR, PERO, NO PODRÁS, QUIERES IGUALDAD, TENDRÁS QUE ROBAR, TE QUIERES SUPERAR, TE EXTORSIONARAN, CERO DEMOCRACIA.
Este recopilatorio es el segundo que hacemos sobre la escena de Guaymas. El primero lo hicimos en 2018. En esto deseamos difundir la música que se hace en Guaymas Sonora, México, lugar de donde es Piratita Records y Piratita Radio. En este material encontrarás muchos géneros derivados del rock: Punk, Thrash, Rap Metal, Punk, Hardcore, Crust, Rock Alternativo, Death Metal, Rock.
En el siglo pasado topé con uno de mis mejores amigos, Gabriel, más conocido como el Fory. En ese entonces yo consumía, musicalmente hablando, lo básico. Lo que me pusiera MTV y una que otra extravagancia metalera o alternativa. El Fory abrió para mí un nuevo universo: el del punk rock subterráneo. Me pasaba discos, fanzines, películas, libros que yo absorbía con hambre. En algún momento me invitó a su fiesta de cumpleaños número 18. Ahí conocí a la crema y nata, en aquellos remotos tiempos, de los punks del Palo Verde. Sería 1996. Un año en el que también hubo teorías conspiracionales sobre el fin de los tiempos. Se decía que al invertir los nueves del 996, se confirmaba la cifra para la liberación de Satanás en el mundo. Yo pensaba, ¿pues cuándo lo habían encerrado? Se decía que aquel año era el banderazo de salida para el apocalipsis. En fin, en la fiesta del Fory había mucha cerveza y humo. Eran mis primeras pisteadas. Tuvo lugar en una azotea rodeada por alambre de púas en la colonia Palo Verde. Mis recuerdos son vagos y color sepia, pero hay algo que se me viene a la memoria con nitidez: las figuras de tres tipos, no tan mayores a mí pero que advertía mucho más grandes y dueños de sí mimos. Su vestimenta y actitud; su pinta que denotaba algo que yo no había percibido en vivo y que justo en ese instante se me revelaba: el glamour. Pero un glamour underground y percudido. Un glamour como el de aquellos chicos que acababa de ver en un documental sobre la escena alternativa de Londres hacía finales de los 70s. Resulta que los tres chavalos, vestidos de negro y con peinados alucinantes, eran hermanos y además tocaban en una banda. Un grupo que desde ese día se convirtió en uno de mis favoritos: La Perra Vida.
Nunca he podido explicar la siguiente expresión, pero cuando los vi tocar en esa exclusiva fiesta para adolescentes pensé: “estos morros son de verdad”. Son de verdad y no una mentira en construcción como yo y la mayoría de las personas que conocía hasta entonces. Son de verdad en el sentido que dicen lo que piensan y crean algo radicalmente único. Son de verdad porque haciendo ese ruido son libres. Estos compas generan algo a lo que me quiero integrar, conocer, pertenecer. Algo que se conecta a mí tan naturalmente, como una espora, como el deseo mismo. Caí redondito en el poder de seducción que ejerció La Perra en mí. Sus letras y ritmos. Esos tres carnales no eran estériles en el sentido creativo, lo cual me resultaba altamente respetable. De ellos se desprendía una resonancia casi cósmica que se adhirió a mis ideas y sensaciones. Aquello que hacían con instrumentos musicales básicos y un micrófono, lo apreciaba muy cercano al malestar colectivo y al hartazgo generacional que rondaba como espíritu de la época. El cadáver de Kurt Cobain, el héroe suicida de nuestra generación, todavía se descarnaba en su tumba. En el ambiente flotaba una poética de desamparo finisecular que, como buenos miembros de la generación X, nos calaba hasta los huesos. Una poética donde el futuro, sin embargo, no estaba teñido por la sensación de límite que se percibe en nuestros días. No era el único convocado por La Perra Vida esa noche. Veía a mis compañeros de francachela extasiados, bailando, reventando en el más puro momento de sus juventudes. Una noche cuyos sonidos atrajo a una de las pandillas más temibles de aquellos tiempos: los Tecos del Palo Verde. Con su llegada terminó la fiesta y mis recuerdos.
Después de más de dos décadas de aquel momento, ya tan enterrado en el pasado, visité en su casa, que es literalmente un Umbral, al líder de la Perra Vida: Miguel Medina Plascencia, mejor conocido como Miguel Perra Vida. Miguel sigue teniendo ese glamour, esa chispa que descubrí en él la primera vez que lo tuve de frente. No se está quieto. Se toma el cabello largo y negro, con una sola cana, y se lo echa hacía atrás. Se frota el rostro. Se levanta las gafas, se rasca las rodillas. Me ofrece cerveza, libros, discos. Hace referencias sobre revistas y fanzines. Es una máquina cultural de relatos, amabilidad y atenciones. Antes que inicie la entrevista ya me soltó dos o tres anécdotas que no han quedado registradas. En lo que coloco la cámara y nos acomodamos, Miguel recibe una llamada. Es su hermano Carlos. El Carlitos, como él le dice. Estoy de suerte, tendré a dos miembros fundadores de una legendaria banda sonorense: el guitarra y el bajo. Una banda con una trayectoria de 28 años que, como reza el eslogan de una de sus camisetas, se han pasado echando desmadre.
Collages de Miguel Perra Vida
El origen de La Perra
Antes de iniciar, les leo a los hermanos el siguiente poema de José Emilio Pacheco. Les señalo que seguro no es el origen del nombre de su banda, pero que yo, desde que lo leí, pienso que sí lo es:
Perra vida
Despreciamos al perro por dejarse
domesticar y ser obediente.
Llenamos de rencor el sustantivo perro
para insultarlos.
Y una muerte indigna
es morir como un perro.
Sin embargo los perros miran y escuchan
lo que no vemos ni escuchamos.
A falta de lenguaje
(o eso creemos)
poseen un don que ciertamente nos falta.
Y sin duda piensan y saben.
Así pues,
resulta muy probable que nos desprecien
por nuestra necesidad de buscar amos,
por nuestro voto de obediencia al más fuerte.
Miguel: Amalaya fuera ese el origen del nombre. En realidad antes de La Perra nos llamábamos Mala Vida, como la rola de Mano Negra. Sin embargo descubrí después que había una banda sudamericana que se llamaba así y fue que le cambiamos. Ahora me entero que también hay una banda sudamericana que se llama Perra Vida (Risas). Carlitos: Miguel es el que hace todo. Las letras, la música, el concepto de la banda. Desde un inicio nos dijo a mí y a mi hermano Jesús (el batería y vocalista original), qué instrumentos tocaríamos y nosotros asumimos nuestro rol. Por él nos infectamos de música. Él, como todo en la banda, le puso el nombre. No sabemos bien si somos Perra Vida o La Perra Vida. A mucha gente le gusta más La Perra Vida pero en las camisetas nunca pongo el artículo. Miguel. Creo que la gente nos conoce más así, como La Perra Vida. Pero detrás del nombre, como de las letras de la banda, no hay un significado trascendente. Se me ocurren de la nada. Me gusta mucho esa idea. Que no haya nada y después suceda algo. Que de la nada, como ocurrió con nosotros, surja algo. Por lo tanto muy pocas cosas, incluyendo el nombre de la banda, son planeadas. A mí se me ocurrió armar la banda con mis hermanos porque yo no sería aceptado en otra. Estaba obsesionado con pertenecer a un grupo de rock. Nadie me aceptaría, por mis ideas y actitudes. Siempre he sido conflictivo. Bueno, ahora un poco menos. Apenas mis hermanos me soportan y así nos ha ido (Risas). RockSonora: Supongo que la influencia para sus hermanos menores es Miguel, pero ¿a Miguel quién lo influenció en sus gustos musicales? Miguel recuerda, con un tono nostálgico, a su madre ya fallecida, doña Teresa Plascencia. Dice que era muy alcahueta con él y sus hermanos y hermana. Le regalaba los discos que él le pedía. Recuerda su llanto cuando escuchó ‘Pedazo de canción’, la rola que dice: “Madre, debiste abortarme, sólo soy un pedazo de canción”. Su papá, don Miguel Ángel Medina, aunque más duro, accedía a gastar dinero que, en lugar de juguetes, se iba en discos, revistas y cómics.
Miguel: En el 1980 mi tío me regaló mi primera revista de música. Desde ahí no paré de leer revistas. Para mí saber leer fue algo bien importante, casi como aprender a caminar. En el 81 yo ya tenía discos de los Sex Pistols, The Cure y Black Sabbath. Carlitos: ¡Yo ese es el primer disco que recuerdo! El de los Sex Pistols. A mí me gusta el punk y el hardcore. Eso me tocó más. Pero al Miguel le gustaba de todo, y mucho el metal, que a mí nunca me latió tanto. Pero los Sex Pistols me volaron la cabeza. Aunque en un principio me daba miedo el disco (se refiere al soundtrack del falso documental ‘La gran estafa rocanrolera’ de 1980), sufrí mucho cuando lo quebraron. Alguien se sentó en él. Quizá por eso es que lo recuerdo tanto. Pero a mí lo que me gustó después fue NOFX, Bad Religion, Rancid y por el estilo. Jesús y yo patinábamos y esa era la música que más rolaba entonces. Flashback: Después de la fiesta en la que conocí a La Perra Vida, me tocó ver en mi prepa, el Cobach Villa de Seris, a Jesús y Carlos patinar. Eran muy buenos. Eran los mejores para hacer trucos. Me sentí importante porque se acordaron de mí. Los mejores patinetos e integrantes de una banda sensacional me saludaron de entre toda la bola. Miguel. Ese disco de los Pistols que recuerda el Carlitos, mi mamá me lo compró en Sears en las ventas nocturnas. Antes hasta en Benavides vendían vinilos y ofertaban mucho rock, inclusive más que música regional. Le insistí a mi mamá y ella le insistió a mi papá hasta que logró convencerlo. Mi papá fue vocalista de una banda de rock que se llamaba Los Jetson. Tocaban en La Calle 12 y lugares así. El viejo entendía la música pero no le gustaba el rock psicodélico setentero y menos el punk. Le gustaban bandas de los inicios. Me decía que nunca me quería ver con los “mariguanos” de la esquina. Que escuchara lo que yo quisiera pero no me quería ver ahí. Un día pasé por donde se juntaban esos “mariguanos” que decía mi Papá y yo traía discos de Bob Dylan y Kiss. ¡Los niños de mi edad estaban con Parchís y a mí un tío me había regalado un disco de Bob Dylan! El caso es que los “mariguanos” quisieron que les enseñara los discos y yo pensé que me asaltarían o golpearían y salí corriendo y los dejé ahí para que no me persiguieran. Los batos, todos grandes y greñudos, me llamaron. Me dijeron que estaba chilo lo que escuchaba pero que debería entrarle a Black Sabbath y ACDC. Black Sabbath me llevó a otra parte. A la psicodelia que tanto me gusta. El caso es que en la casa siempre hubo música. Yo escuchaba los discos que ponía mi papá o mis tíos y sentía una energía muy grande. Algo dentro de mí que ardía. En navidad yo ya no quería juguetes. Tenía 14 y quería una guitarra eléctrica y mis jefes me la dieron. RockSonora: Por decirle de alguna manera, catalogamos a La Perra como una banda punk rock. Pero a veces no suena tan punk. Suenan a La Perra y ya. Miguel: Es curioso. Fíjate. Antes en los flyers de las tocadas ponían en nombre de las bandas y sus géneros. Que si eran de hardcore, blackmetal, punk. Pero enseguida de La Perra no hallaban qué poner. En algunas invitaciones me tocó que nos catalogaran como punk psicodélico; eso me pareció adecuado. Pero sí, la Perra no es una banda de punk. Nuestra actitud y espíritu sí que es punkoso pero la música no. Somos una banda alternativa.
RockSonora: Mucha gente piensa que ustedes son del Palo Verde y que la Perra Vida es una banda de ese barrio. Pero no es así, ¿verdad? Carlitos: Nosotros somos de Los Naranjos. Ahí pasamos la infancia. Después nos movimos a la Hacienda de la Flor y luego a San Ángel. Los primeros ensayos de La Perra Vida fueron en San Ángel por ahí de 1990. Miguel ya no vivía con nosotros en ese momento. La casa se había quedado sola porque nos habíamos mudado al Palo Verde y aprovechamos para darle. Pero los inicios de la banda, antes de que se materializara, son en Los Naranjos a finales de los 80s. Miguel: En Los Naranjos conocí al Fernando, que después sería el vocalista de Víctimas. Banda que en un principio tocaba hardcore y se llamaba Víctimas de destrucción. Él era más grande que yo. Cuando iba a su casa se percibía mucha cultura. Sus tíos eran pintores, poetas, músicos. Bien chamaquito veía cine con él. Recuerdo que una vez puso La naranja mecánica, todavía en formato beta. Yo estaba bien morrito y eso te marca. Por ahí también conocí al Asdrúbal, que antes de Víctimas tenía una banda punkosa que era muy conocida entonces: Putrefacción Juvenil. Había bandas en la escena también como Democracia Real y claro, Suciedad Discriminada. RockSonora: A pesar que los chicos de Señor Kino dicen que iniciaron con la escena punk en Sonora, sabemos que esto se remonta a por lo menos más de tres décadas. ¿Qué bandas, de las que siguen resistiendo, sienten como hermanas? ¿Quién inventó la escena en Sonora? Miguel: Yo soy súper fan de Todos Contra Todos. Iba a sus ensayos y escuchaba sus grabaciones. Una banda bien original y pionera. Para mí TCT es la primera banda realmente alternativa de rock en Sonora. Ahora, de bandas hermanas, principalmente son dos las que siguen tocando: Suciedad Discriminada y La Merma de Nogales.
RockSonora: Miguel. Cuando tocas se te mete el chamuco. La electricidad de tu música te corre por la sangre y la emoción se desborda. Verte tocar es un espectáculo aparte. Dinos, aquí en confianza, ¿cuántas guitarras has destrozado?
Miguel: (Risas). Yo creo que unas 40. Mías y prestadas. Esas son las broncas de La Perra Vida. Como me pongo cuando toco. Antes bebía mucho pisto y me ponía todavía más psico. Siempre me subía a tocar hasta atrás. Lo peor era que en las tocadas nos decían que nosotros cerraríamos. Imagínate. Yo sufro de pánico escénico. Bebo para subirme a tocar y cuando llego ya voy avionado. Pero estar ahí todas esas horas y cerrar, ya me subía en calidad de bulto y hacía un desmadre. Yo así siento la música, no lo puedo evitar. Me doy de topes con el desarreglo. Carlos: Eso ha sido la gran bronca de La Perra. El Miguel, cuando ensayamos, es muy exigente. Nos corrige y nos corrige. Nos pegamos una joda ensayando y cuando tocamos todo se viene abajo por su desmadre. Entonces nos da mucho coraje que después de tanta chinga todo se eche a perder. Hemos tenido broncas con otras bandas, organizadores de eventos y entre nosotros por eso. Lo peor del caso es que mucha gente por esto mismo iba a las tocadas. Para ver al Miguel hacer un desmadre. Mi carnal, el Jesús, por eso se abrió. Además de broncas familiares que no vienen al caso, no aguantó sus desmadres. Yo siempre he estado con Miguel. Después de todo sin él La Perra no existiría y no estaríamos hablando aquí.
RockSonora: Aquí viene este tema. Muchas personas perciben que la Perra actual es otra Perra o en todo caso, una nueva Perra con los nuevos integrantes. Yo los he escuchado y suenan más sofisticados. Las nuevas rolas me parecen muy interesantes. Ahí están los guitarrazos del Miguel y sus letras que se quedan en el imaginario de quien las escucha. Pero muchos fans extrañan la crudeza que imprimía el Jesús con su voz como de eco. ¿Les pesa esto? Miguel: En una tocada reciente, creo que en el Seven, alguien me hizo un insulto respecto a lo que comentas. Uno de los mejores que me han hecho, por cierto. El tipo me preguntó, cuando me bajé del escenario:
-¿Ya tocaron? -Sí, acabamos de tocar, le respondí. -Neta, pensé que estaba tocando una banda de covers de La Perra. (Risas)
Carlos: Mucha gente nos comenta esto. Que los tres hermanos tocando son La Perra pero bueno, ahora Jesús no está. Quién sabe si un día vuelva. Lo veo difícil. Ya llevamos casi ocho años con los nuevos integrantes y las cosas fluyen, nos gustan. Quizá a mucha gente no. Cuando salga el nuevo disco seguro muchos querrán que suene igual que El Foco, que es lo único que conocen de nosotros, ¡y que sacamos hace ya 23 años! Pero será otra cosa y nosotros estamos contentos. También sucederá lo contrario. Habrá personas a las que les guste más el nuevo material que el anterior. Habrá, inclusive, quien escuche lo nuevo sin haber conocido El Foco. Miguel: Hay nuevas rolas y nos rodeamos de personas que sí saben de música. Nosotros de notas y esas cosas no sabemos nada. Somos naturales. Ellos en cambio sí. Nos aportan demasiado. (Carlitos refiere a Miguel sobre rolas que deben incluir en el nuevo material. Miguel las canta y hace sonidos de guitarra. Carlos de batería. Así, tocadas con sus cuerpos y tarareadas, ya suenan bien chingonas).
RockSonora: En la banda canta Javier Cinco, un gran trovador, guitarrista y letrista. Vocalista también de una banda muy distinta a la Perra pero de gran calidad, Los Vecinos Incómodos. Luego toca la batería el experimentado Jesús David y la segunda guitarra Jesús Alfredo Vélez. Yo los he escuchado en vivo y suenan muy bien. Y quizá, para quienes tenemos décadas siguiéndolos, ese pueda ser el problema: que suenan muy bien. Miguel: Cuando escuché El Foco por primera vez, que produjo el Tona Castro allá en 1997, me impresioné. Ni yo sabía que sonábamos así de bien. Sacamos 500 casetes y los 500 se vendieron. Gustó, conectamos. No queremos hacer otro Foco. Este año había planes de sacar el otro álbum pero como todo, la pandemia lo postergó. Aunque todavía no tenemos título, las canciones ahí están. Ya las hemos tocado en vivo y funcionan. Yo creo que quedará algo bueno. Yo no estoy nervioso por eso. Si al escuchar El Foco supe que sonábamos bien, ahora imagino que sonaremos mejor. Carlitos: Yo sí estoy un poco nervioso. Sé que habrá quien diga que no sonamos como La Perra que ellos recuerdan, pero de eso se trata. De darle la vuelta. Espero se entienda. Por lo demás, yo creo que la banda sigue teniendo el mismo sello de siempre porque aquí toca el Miguel Perra Vida. RockSonora: ¿Qué bandas han visto en vivo que los han impresionado y en qué tocadas han compartido escenario con ídolos para ustedes? Miguel: Yo en vivo disfruto a Suciedad Discriminada. Una vez le dije al Carlitos, allá cuando estaba bien morrito y dormíamos todos en un cuarto pequeño, que algún día tocaríamos en el mismo escenario de la banda que escuchábamos, en ese momento, en una pequeña grabadora Panasonic: Eskorbuto. Y eso sucedió. Los otros dos integrantes murieron por drogas pero compartimos con el Pako Eskorbuto. También, aunque el Carlitos no estaba en ese entonces en Hermosillo, tocamos con el Marky Ramone. Carlitos: La banda que yo he visto en vivo que me dejó extasiado fue Babasónicos. Y hemos compartido; además de con el Pako Eskorbuto, con Tijuana No, Boikot, Reincidentes, Vantroi, Dos minutos y un montón de bandas bien chingonas.
RockSonora: ¿Alguna vez los contactó alguien para llevárselos de gira o grabar en una disquera grande? Carlitos: Una vez llamaron del DF, yo contesté. Rápido les hablé a mis carnales. Un promotor nos había escuchado y quería llevarnos de gira por México y España. Yo ya estaba con la mochila al hombro pero desde entonces ya había responsabilidades de familia y trabajos. No se consiguieron los permisos a tiempo y la oportunidad se esfumó. Miguel: Varias veces nos han invitado a giras y colaboraciones. Sin embargo esa idea de éxito para una banda no es la que yo comparto. La Perra tiene un público. Ya viste las cartas que hemos recibido de Canadá, Cuba, Venezuela y más lugares del mundo por nuestra música. Hemos sido reseñados en lugares que jamás pensé que llegaríamos. Si vas a una tocada la gente canta nuestras rolas y se emocionan junto a nosotros. Creo que ahí está lo que buscamos. Todo se ha ido construyendo casi automáticamente, desde la nada. Pronto sacaremos otro disco.
La batería de la cámara se ha agotado. La cerveza y la música tiñen el espacio del Umbral. La noche se ha puesto sobre nosotros. La charla con el Miguel y el Carlitos continúa, no se extingue.
Cuando redacto esta nota pongo El Foco. Recuerdo decenas de tocadas. Rostros que ya no volví a ver. Personas que ya no existen sobre la tierra. Las canciones de La Perra son parte del soundtrack de muchos de mis amigos y conocidos. Parte esencial de nuestros aprendizajes secretos. En algún momento se abre un túnel en el tiempo. Me veo, todavía con cara de niño y con una camiseta de Sonic Youth, en aquella azotea donde los escuché por primera vez. Me comprendo moviendo la cabeza y con la piel chinita de la emoción. Justo como ahora que mis pies ya no pisan la tierra. Justo ahora que mi mente gira, gira, gira.
1 Miguel tiene un negocio de venta de libros, discos, camisetas y demás artículos rockeros llamado ‘El Umbral’. La oficina está en la sala de su casa. Ahí también es el centro de operaciones de uno de los fanzines musicales que resisten en Hermosillo: Coyote de fuego. Además de ser el escenario donde actualmente ensaya La Perra Vida. https://www.facebook.com/groups/172936626837678/